Los hawaianos tienen un idioma con muchas menos palabras que las nuestras.
Una de ellas – que se usa para agradecerle al otro – se llama majal, que quiere decir “te agradezco mucho”. Y, para responder a ese agradecimiento– como nuestro “de nada” – también utilizan la palabra majal.
Desde esta perspectiva que generan con su idioma, cuando los hawaianos ayudan a alguien también agradecen al otro el haberles permitido hacer algo por él o ella tal como a muchos nos ocurre –en esta región tan distante del mundo- cuando pudimos resultar una posibilidad para otro. Majal/Majal significa: Te agradezco que me hayas ayudado / Te agradezco que me hayas permitido ayudarte.
¿Cuántos de nosotros nos perdemos de esa oportunidad de morar en la gratitud por estar tomados por la cultura de la transacción?
En estos años de coachear organizaciones, he visto que la mejor ayuda siempre ha resultado aquella que no genera deuda sino gratitud por la posibilidad de la colaboración.
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