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Bielsa: cuando el obrar desde la ética no se comprende desde lo moral.

Hace unos días, Marcelo Bielsa instó a sus jugadores para que permitieran que su rival hiciera un gol y así, emparejar una situación que circunstancialmente los había favorecido y había dejado a su equipo arriba en el marcador.


Rápidamente surgieron los juicios y las preguntas ¿está bien o está mal lo que hizo el rosarino?


El entrenador de Leeds operó de acuerdo a sus convicciones y a lo acordado –explícitamente o no– con la dirigencia de su club, con sus colaboradores y jugadores. En otras palabras, Bielsa se movió desde la ética.


Basta con que alguien se pregunte por “lo que está bien o está mal”, para moverse de la ética y comenzar a operar desde lo moral.


En la medida que confundimos estos campos, nos encontramos con dificultades no sólo para comprender esta anécdota, sino para posicionarnos de cara a ejemplos similares que podamos vivir a diario. En la ética, cada uno de nosotros se mueve en un actuar consustanciado con una manera de estar en el mundo en el marco de los acuerdos consensuados. Estrictamente "no lo pensamos en el momento" –en el sentido de separar el pensar y el actuar-, pues estamos tan tomados por nuestras convicciones y confiados en los pactos realizados, que no dudamos al proceder. Tal vez esta seguridad genere que, desde afuera, nos puedan llamar locos.


El obrar desde la ética no se comprende desde “lo que está bien y lo que está mal” de la moral. Lo vivimos en el actuar -si tenemos el coraje de hacerlo- y lo saboreamos en la experiencia posterior de la coherencia esgrimida.


Cada vez más organizaciones desean moverse hacia el ámbito de los acuerdos asentados en las convicciones de sus integrantes. CrearContextos facilita este tipo de innovaciones https://www.crearcontextos.com/serviciosorganizacionales

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