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Confía en Alá y ata los camellos

“Un maestro iba viajando con sus discípulos por el desierto.


Cuando se detuvieron a descansar, cada uno tenía su responsabilidad. Uno de ellos tenía la tarea de cuidar de los camellos en el momento en que se detenían por la noche para acampar y descansar. El discípulo tenía que atar los camellos, pero no lo hizo. Simplemente oró: “Dios, cuida de nuestros camellos” y se fue a dormir.


A la mañana los camellos no estaban: los habían robado o se habían ido. El maestro preguntó: - ¿Dónde están los camellos?


No lo sé –dijo–. Pregúntale a Dios. Le dije a Alá que cuidara de nuestros camellos porque yo estaba muy cansado, así que no sé lo que pasó. No tengo responsabilidad en esto porque se lo pedí a Alá muy claramente. Tú enseñas que hay que confiar en Alá y por eso yo confié.


Confía en Alá y ata los camellos –dijo el Maestro–. Porque las manos de Alá resultan las tuyas”. Si Dios precisa atar a los camellos requiere las manos de alguien. Y como los camellos nos pertenecen, las manos de Alá resultarán las de uno de nosotros. Lo más simple y rápido consiste en usar tus manos ya que resultaste el asignado. Ata los camellos y luego confía en Alá. Haz lo que puedas con lo que te encomendaron y tu aceptaste.


Esto no asegura el resultado, no tenemos garantías. Por ello haz todo lo que puedas y luego cualquier cosa que pase, acéptala, como aceptaste la encomienda asignada. Resulta muy fácil confiar en Alá y quedarse en la COMODIDAD. Resulta muy fácil no confiar en Alá y actuar solo en los momentos en los que tengamos ganas.


Lo tercero resulta lo desafiante: confiar en Alá y aun así actuar. De esta manera tú solo resultas un instrumento de Dios quien finalmente actúa. Tú resultas solo un instrumento en sus manos. De este modo el hacer resulta una ofrenda sin pretensión de forzar un logro que emergerá de innumerables variables que coincidan. Entonces no habrá FRUSTRACIÓN.


La CONFIANZA te ayudará a no sentirte frustrado, y atar los camellos te ayudará a mantenerte vivo, intensamente vital.


Como bien decía Marianela – una participante del libro CLÍNICA AVANZADA DE COACHING de donde extraje este cuento – se puede cambiar “Alá” por Dios, por la vida, por el misterio por la energía superior o por aquella fuerza organizadora en la que cada uno crea. Lo relevante está en confiar y atar los camellos.


¿Ataste los tuyos antes de ir a dormir esta noche?

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