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Vísteme despacio que estoy apurado

La expresión del título, adjudicada a Napoleón, nos provee una pista impensada para liderar en estos tiempos de alta vorágine.


El timing adecuado de conducción, cada vez se nos aparece más asociado a los campos emocionales de mayor o menor posibilidad, que aquellos que lideramos podemos crear.

Cuentan que, en una reunión cumbre sobre Liderazgo Comunitario realizada en Winrock, Arkansas, en marzo de 1983, el Doctor A.T. Ariyaratne parafraseaba una célebre declaración de Mahatma Gandhi en su libro Satyagraha en Sudáfrica (1929,1979): Cuando procuramos generar cambio en nuestras sociedades, se nos responde primero con indiferencia, luego con sorna, después con agravios y al fin con opresión. Por último, se nos presenta el mayor desafío. Se nos trata con respeto. Esta resulta la etapa más peligrosa.


La palabra “respeto” proviene de respectare que significa “distancia”. Una distancia que nos permite mantener el paso, aun en condiciones desafiantes, y liderar una gestión colectiva hacia un rumbo de posibilidad.


Asimismo la serenidad, como la disposición para convivir con las ganancias y las pérdidas del día a día, el coraje como la disposición para avanzar con un sentido de propósito y otras emocionalidades, resultan instancias de entrenamiento ineludible para aquellos que nos proponemos conducir en el siglo XXI.


Más allá de las explicaciones que cada uno de nosotros podamos poner acerca de los contextos actuales, emerge la oportunidad de entrenar una bajada de cambio y vestirnos a tiempo para no quedar desnudos y a la intemperie.


Para saber más acerca de cómo acompañamos a nuestros clientes a encontrar su propio timing podés clickear aquí .

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